30 de septiembre de 2020

Talleres de escritura: ¡empezamos en octubre!


La semana que viene comenzamos con los talleres de escritura en Fuentetaja. Enlazo los cuatro que daré en el curso 2020-2021:
Los cuatro serán a través de Zoom (al menos mientras dure la situación crítica que vivimos en Madrid...).

El alta se puede tramitar a través de la web, escribiendo a info@fuentetajaliteraria.com o llamando al 91 531 15 09.

Fuentetaja ofrece talleres en una docena de ciudades. La oferta general podéis consultarla aquí.

2 de julio de 2020

Taller de escritura lúdica: del 7 al 30 de julio

En julio daré un taller de escritura lúdica de ocho en clases en Fuentetaja. Las sesiones serán los martes y los jueves a las 10:30 —sí, en horario matinal— a través de la plataforma Zoom. Comenzaremos el martes 7 y terminaremos el jueves 30. El enfoque será práctico: pondré consignas y habrá que escribir textos de una sesión para la siguiente; luego, comentaremos esos textos en grupo. La información sobre el enfoque, el programa, el precio o cómo inscribirse está disponible en este enlace.

A lo largo de las ocho sesiones, rendiremos tributo a grandes nombres de la escritura lúdica, como los Oulipo, Les Luthiers o Leo Maslíah. También nos apoyaremos en textos de Italo Calvino, Leila Guerriero o Andrés Ibañez para producir artefactos creativos de variada condición: listas que parecen autorretratos, elogios del estilo hinchado, absurdas enumeraciones caóticas... Asimismo, nos entregaremos al noble arte de los juegos de palabras (anagramas, retruécanos, parónimos, etc.). La idea es explorar estrategias que nos permitan relacionarnos con la lengua y la escritura de una manera más lúdica. En fin, tenemos grandes planes para este mes. 
 
Si quieres apuntarte, contacta con Talleres de Escritura Creativa Fuentetaja:

C/ Cervantes nº 21, entlo. 28014 Madrid
info@fuentetajaliteraria.com
Tel.: 91 531 15 09 y 619 027 626

7 de mayo de 2020

Entrevista a Gustavo Espinosa / CTXT

A finales de enero nos visitó el escritor uruguayo Gustavo Espinosa, que estaba de viaje por Europa. A su paso por Madrid, presentó el Tríptico de Treinta y Tres, que reúne sus tres mejores novelas en un solo volumen: Las arañas de Marte, Carlota podrida y Todo termina aquí (en ese orden). El libro, publicado por la editorial valenciana Contrabando, tiene unas 430 páginas y lleva prólogo mío. La puesta de largo a este lado del Atlántico fue en nuestra bienamada librería Juan Rulfo, donde Miguel Blasco (coordinador editorial de Contrabando) y quien esto escribe acompañamos al autor lo que mejor que pudimos y supimos.

Además, y aprovechando esta vez que el río Olimar pasaba cerca de Madrid, entrevisté a Espinosa para El Ministerio, la sección de la revista CTXT donde colaboro desde hace algo más de dos años. Después de tantos días leyendo y releyendo su obra completa —incluidas China es un frasco de fetos y Cólico miserere, inencontrables por ahora en España—, fue un placer conversar con Espinosa sobre su barroquísima, desmesurada y militante estética.

Eso sí, tras hacerlo y ver que se llevaba para Uruguay una edición crítica del Libro del buen amor o saber que leía con deleite La celestina, me quedaron más claras las fuentes de las que bebe su prosa, tan difícil de catalogar. También llegué a la conclusión de que hay que darle dos, tres y hasta cuatro oportunidades a los poemas de Góngora, aunque uno sea algo refractario a ese culteranismo... Al fin y al cabo, la próxima obra de Espinosa, Galaxia Góngora, estará dedicada a su autor fetiche.

A modo de complemento, añado esta reseña que escribí en el blog sobre Las arañas de Marte allá por 2015. También esta entrevista aparecida recientemente en la revista uruguaya Brecha, donde Espinosa habla sobre el coronavirus, su escritura o la edición española de su obra.

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Gustavo Espinosa / Escritor uruguayo, autor de ‘Tríptico de treinta y tres’
 

“Quizá sea el momento 

de construir un espacio de inutilidad sagrada” 

Rubén A. Arribas 15/03/2020 

 


Gustavo Espinosa, fotografiado en Madrid el pasado enero, por Laura Caorsi

La infancia y la adolescencia de Gustavo Espinosa discurrieron en un hogar humilde donde la literatura todavía desempeñaba un papel relevante en la vida familiar. Nacido en 1961 en Treinta y Tres –una pequeña ciudad del noreste de Uruguay–, este poeta, novelista e intelectual uruguayo explica que en su casa no había muchos libros, pero que estos eran de calidad. Hijo de un carpintero y de una ama de casa, Espinosa les debe a sus padres haber conocido a Cortázar, Vargas Llosa o García Márquez. Una tía completó el triángulo necesario para convertirlo en un lector más en la familia.

“El boom latinoamericano ha sido un fenómeno bastante vilipendiado en las últimas décadas –sostiene Espinosa–; sin embargo, aquel fue un fenómeno de transnacionalización y democratización de la buena literatura”. Lo dice no solo con la autoridad que le dan los libros publicados y los premios recibidos, sino también con la de llevar treinta años ejerciendo como profesor de literatura en el mismo instituto donde estudió como alumno: el Liceo N.º 1 Dr. Nilo L. Goyoaga. A continuación, agrega: “Yo recuerdo ver en casa de mis viejos, allá por 1970 o 1971, la edición de Sudamericana de Cien años de soledad”. El ejemplo lo trae a colación de un hecho que le inquieta: le cuesta imaginar una situación análoga a la suya en muchas familias de hoy, pertenezcan estas o no a las clases populares.




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Un par de fotos de la presentación del Tríptico de Treinta y Tres en la librería Juan Rulfo (Madrid)


De izqda. a dcha.: Miguel Blasco, Gustavo Espinosa y Rubén A. Arribas
Llenamos la librería Juan Rulfo. ¡Gracias por venir!

27 de febrero de 2020

Entrevista a Felipe Polleri / CTXT

A principios de noviembre se alinearon los astros y tuvimos la suerte de que Felipe Polleri visitara España. Este escritor urugayo no es precisamente lo que se llama un viajero; por tanto, su paso por la librería Juan Rulfo lo saboreamos con el delite propio de las ocasiones únicas. Además, vino acompañado de María Laura Pintos, una de las fundadoras y editoras del sello de poesía La Coqueta. Como anunció la tarjeta de invitación, fue «una tarde intensamente uruguaya».

Mucho de lo que conversamos Polleri y yo lo recogí después en una entrevista que publiqué el 24 de enero de 2020 en la revista CTXT. Otras cosas, como los quince minutos en estuvo leyendo pasajes de La inocencia, quedarán para el recuerdo de quienes estuvimos allí. Fue un encuentro verdaderamente entrañable, genuino y divertido. Al escuchar leer y luego hablar a Polleri, diría que su tribu lectora madrileña pudo captar algo a veces complicado a este lado del Atlántico: el desopilante humor negro que rezuma esta novela (y, en general, toda su obra).

En España, por desgracia, solo está publicada La inocencia (:Rata_, 2017). Eso implica que, si alguien quiere seguir leyendo a este rabioso y salvaje escritor uruguayo, debe tener contactos trasatlánticos, comprar los libros de importación, etcétera, etcétera. Por increíble que parezca, se han publicado más libros de Polleri en Italia o en Francia que aquí. Así, nuestros vecinos franceses han traducido ya Gran ensayo sobre Baudelaire, ¡Alemania, Alemania! y Los animales de Montevideo; y los italianos han publicado ¡Alemania, Alemania! y este año sacarán Los sillones marchitos. Eso por no hablar de que la filial mexicana de Tusquets publicó un par de libros hace unos años. En fin, no hay que desesperar; quizá en 2021 haya buenas noticias.


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Felipe Polleri / Escritor uruguayo, autor de ‘La inocencia’

“Un libro es una enfermedad 

de la que uno se cura escribiéndola”


Rubén A. Arribas 24/01/2020

Felipe Polleri, en su casa. Foto de Diego Eguía Castro.

La literatura de Felipe Polleri es una especie rara y misteriosa, y sobre todo feroz. Bebe del inconsciente, considera que la autocensura es una descortesía con el lector y defiende la catarsis —siempre que sea estética— como un método liberador tanto para quien escribe como para quien lee. A la manera de su admirado Antonin Artaud, este escritor uruguayo considera que una verdadera obra de arte debe perturbar el reposo de los sentidos y agrietar, a través de la sombra, un concepto tan petrificado como es la cultura. Probablemente, eso explica por qué sus novelas están plagadas de yoes monstruosos cuya voz reconocemos en nuestro interior, pero que negamos cuando hablamos o escribimos. En el caso de Polleri (Montevideo, 1953), esas voces, sin embargo, alimentan las vidas imaginarias y horrorosas de sus personajes.

Su literatura se caracteriza, además, por una voz narrativa intensa y rabiosa, pero no por ello exenta de humor —humor negro, claro— y de ternura. Es una voz que busca atestiguar
la crueldad de un mundo que otros construyeron, como suele decir Polleri, para jodernos. Quizá por eso sus narradores se entregan a “la ira luminosa que todo lo arrasa” de la que hablaba Angélica Liddell en Trilogía del infinito. Además lo hacen, como pedía la autora de Una costilla sobre la mesa, no solo como un mecanismo de supervivencia, sino como una vía para devolverle al arte la fuerza y la belleza inherentes a su naturaleza salvaje... Y así, de paso, rescatarlo de las manos de ese censor moderno que es el puritanismo (sea este de corte más clásico o más progresista).

Tras la apariencia de unas memorias familiares —no autobiográficas—,
La inocencia (:Rata_, 2017) puede leerse como una declaración sobre el derecho a odiar la infancia propia y como un ajuste cuentas con el concepto familia. También como una declaración de enemistad eterna a Pocitos, el aristocrático barrio montevideano donde se crio el autor y donde, según Rodolfo —el narrador de la novela—, la gente se preocupa más por cuidar la hermosura de las calles que por los problemas sociales que existen en el resto de la ciudad. Asimismo, La inocencia relata un desclasamiento: Rodolfo prefiere ser un grasa —intraducible coloquialismo uruguayo— y vivir como tal a cumplir con las expectativas derivadas de tener un apellido ilustre y de vivir en un barrio de gente rica.

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Esther Peñas, María Laura Pintos, Felipe Polleri y Rubén A. Arribas.

La hinchada madrileña reunida en la librería Juan Rulfo (5/11/2019).
 
Grupo de estudio de la obra polleriana (Universidad Grasa de Yarará).
 

13 de febrero de 2020

Presentación de «Tennessee», de Luis Gusmán


Volvemos con más literatura rioplatense de alto voltaje a la librería Juan Rulfo. Después de las visitas de los escritores uruguayos Felipe Polleri (noviembre) y Gustavo Espinosa (enero), le llega el turno al argentino Luis Gusmán, quien ya vino el año pasado por estas fechas para presentar su novela Villa. Este año repite experiencia a propósito de la publicación de Tennessee, también publicada por Ediciones Contrabando.

El acto será el jueves 20 de febrero a las 19 h (metro Moncloa) y me acompañará la guionista argentina Olivia Tykocki. Hablaremos con Gusmán, entre otras cosas, sobre el proceso creativo de Tennessee, una novela que antes fue un cuento (1990) y una película (1996), y que después siguió transformándose hasta hoy.

Además de la presentación madrileña, habrá una en Barcelona (Latapeinada, lunes 17) y otra en Valencia (Imprevisualgalería, miércoles 19). Van enlazadas.

Venid si os apetece, os interesa, tenéis hueco, etcétera, etcétera.

21 de enero de 2020

Prólogo y presentación de «Tríptico de Treinta y Tres», de Gustavo Espinosa



El  jueves 30 de enero volveremos a reunirnos en Madrid en pro de la literatura uruguaya. Esta vez nos visita Gustavo Espinosa, quien acaba de publicar Tríptico de Treinta y Tres en España. El encuentro será en nuestro fortín y horario habituales: librería Juan Rulfo (metro Moncloa) a las 19 h.

Miguel Blasco (coordinador de Ed. Contrabando) y yo (prologuista) conversaremos con Espinosa sobre su concepto barroco de la literatura; una literatura donde caben los personajes marginales, la dictadura uruguaya, el rock argentino de los 70, el blues, el cine, lo intelectual o Góngora (sí, lo he escrito bien: Góngora...).

Este tríptico recoge en un solo tomo tres novelas que fueron publicadas en Uruguay por separado: Carlota podrida, Las arañas de Marte y Todo termina aquí. Con esas obras, entre otros galardones, Espinosa ha ganado el Premio Nacional de Literatura y dos veces el Bartolomé Hidalgo. Si queréis saber más de él, echadle un vistazo al prólogo (que para eso lo escribí y está disponible en la web de Contrabando).
A modo de complemento, añado esta reseña que escribí en el blog sobre Las arañas de Marte en 2015. Lo que pedía entonces es hoy una realidad: que se publicase a este enorme escritor uruguayo. En breve, brindaremos por ello. ¡Os esperamos!

12 de enero de 2020

Entrevista a Miguel Ángel Ortiz / Panenka

Con lentitud pero constancia, sigo subiendo los artículos que publiqué en 2019. Ahora le toca el turno a la entrevista que le hice a Miguel Ángel Ortiz en julio para la revista Panenka a propósito de su ensayo Poesía y patadas, que recorre cien años de fútbol y literatura.

El autor es un viejo conocido de este blog, pues en 2013 y en 2014 participé en la presentación de Fuera de juego y de La inmensa minoría, las dos novelas que precedieron a este ensayo. Aunque Miguel Ángel vive desde hace años en Barcelona, ya es tradición que estrene sus libros en Medina de Pomar (Burgos), su pueblo de adopción (él nació en Ciudad del Cabo). Por eso mismo, hasta allí, hasta la bella comarca de Las Merindades, nos acercamos el escritor Manuel Abacá, el autor y yo para conversar sobre fútbol, poesía, patadas y lo que se terciase.
Pese a que mis conocimientos balompédicos son rudimentarios, Poesía y patadas me interesó debido a la fuerte presencia de la literatura. Por ejemplo, descubrí que había un montón de poemas escritos por mujeres. También que Gabriel Celaya y Rafael Alberti habían dirimido sus diferencias futbolísticas a través de la poesía, que Unamuno tuvo un famoso jugador en la familia —Pichichi— o que hubo serías disputas semánticas a la hora de traducir el nombre de este deporte (¡esferomaquia quería llamarlo Azorín!). En fin, hasta el atrabiliario Valle-Inclán quiso decir algo sobre el fútbol. 

Otro elemento que me llamó la atención es que el debate de si el fútbol es más negocio que deporte viene de lejos. Ah, y como bibliófilo que soy, me encantó que Miguel Ángel trajera a la charla algunos libros antiguos que ha ido coleccionando estos años.

Aquella charla en Medina de Pomar, tiempo más adelante, nos llevó a otra conversación y a esta entrevista cuyo inicio transcribo.


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“La novela ‘Judas futbolista’ ya criticaba 

en 1928 el negocio del fútbol”

Fútbol y literatura se mezclan en 'Poesía y patadas', el libro de Miguel Ángel Ortiz. Y también lo hacen en esta charla entre el escritor y Rubén A. Arribas


Miguel Ángel Ortiz, en la biblioteca de Medina de Pomar. Foto: Laura Caorsi


“Escribir sobre fútbol es la mejor manera de continuar jugándolo”. Esa frase de Eduardo Galeano que recoge Miguel Ángel Ortiz en su último libro, Poesía y patadas (Córner, 2019), resume mejor que ninguna otra el vínculo que este escritor medinés tiene actualmente con el balón. Ahora que lleva un tiempo retirado del fútbol aficionado debido a una lesión de rodilla, Ortiz siente más que nunca que leer y escribir sobre su deporte favorito es una manera diferente de disfrutarlo. También una apuesta por seguir profundizando en el mundo narrativo que construyó en las dos novelas que antecedieron a este ensayo: Fuera de juego (Caballo de Troya, 2013) y La inmensa minoría (Random House, 2014).

Por esa razón, en los últimos cinco años, Ortiz ha leído algo más de 300 obras futboleras en diverso grado y en los más variados estilos. Desde la crónica de Horacio Quiroga que marca en 1918 el inicio del periodismo deportivo hasta ese desatado canto al fútbol que es Dios es redondo, de Juan Villoro. Desde los poemas de Rafael Alberti, Gabriel Celaya o Miguel Hernández hasta los de Clara Janés, Blanca Varela, Mercedes Saorí o Gioconda Belli. Desde los cuentos de Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano y Eduardo Sacheri a las novelas de Peter Handke, Pier Paolo Pasolini, Philip Winkle o Ramiro Pinilla. Todo ello sin dejarse atrás libros de carácter más sociológico, como Futbolistas de izquierdas, de Quique Peinado, o También nos roban el fútbol, de María y Ángel Cappa.

A primera vista, Poesía y patadas funciona como una entretenida enciclopedia donde encontrar más de un centenar de referencias literarias con las que construir una buena biblioteca futbolera. Sin embargo, terminada y digerida su lectura, deja un regusto intenso y único en el paladar: la sensación de haber entendido mejor por qué ha sido tan fecunda la relación entre el fútbol y la escritura desde principios del siglo XX hasta hoy. De todo ello ha hablado el autor con Panenka.



2 de enero de 2020

«El exilio de las mujeres atrevidas», Robert Cohen / CTXT


Uno de los mejores libros que he leído en 2019 es El exilio de las mujeres atrevidas, del escritor suizo Robert Cohen. No soy de hacer clasificaciones, pero este novelón de casi 600 páginas lo leí dos veces en menos de un año: la primera, como un lector más; la segunda, porque quería reseñarlo. Ni siquiera así logré extraerle todo el jugo que contiene.

El libro está publicado por La Oveja Roja, y juraría que ha pasado relativamente inadvertido en los suplementos culturales. Por aquello de no olvidarme, anoto aquí que a estas mujeres atrevidas les debo haber conocido la editorial Contraescritura mientras buscaba información sobre Alfred Kantorowicz (uno de los muchos personajes secundarios que aparecen en la novela). Así funciona la literatura: unos libros nos llevan a otros, y unas editoriales a sus hermanas y semejantes. No he leído nada aún del catálogo de Contraescritura, por lo que ya tengo propósito para el año que empezamos: arreglar ese desajuste.


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Mujeres atrevidas en tiempos del nazismo

‘El exilio de las mujeres atrevidas’, de Robert Cohen, retoma la mejor tradición de la novela política para documentar los asesinatos de tres militantes comunistas por los nazis




Olga Benario, Maria Osten y Ruth Rewald. Fotografía tomada de CTXT

¿Por dónde empezar a hablar de una novela política de casi 600 páginas tan imponente como El exilio de las mujeres atrevidas? Quizá por explicar que leerla es una experiencia literaria casi olvidada hoy: exige tiempo, paciencia y esfuerzo para moverse con soltura por el amplio territorio que recorre, el enorme fondo documental del que se nutre y las variadas maniobras narrativas que pone en juego. En realidad, exige tanto del lector porque contiene tres novelas en una; una por cada protagonista: Olga Benario, Maria Osten y Ruth Rewald, tres jóvenes militantes comunistas alemanas en la época del nazismo.

Eso sí, como todo buen libro, El exilio de las mujeres atrevidas ofrece algo sustancioso a cambio. A partir de un centenar de personajes que orbitaron –con mayor o menor cercanía– alrededor de Benario, Osten y Rewald, la novela construye una impresionante constelación histórica, política y cultural que nos permite conocer mejor cómo fue la aportación del comunismo alemán en la lucha contra el fascismo entre 1928 y 1942. En particular, en hechos tan relevantes como el alzamiento de Luiz Carlos Prestes en Brasil (1935), la Guerra Civil española o la organización de la intelectualidad en el exilio europeo.

El autor del libro, Robert Cohen (Zúrich, 1941), vive desde 1980 en Estados Unidos. Allí se doctoró en Germanística con una tesis sobre la novela La estética de la resistencia, de Peter Weiss, un tema central en su carrera académica junto con la literatura alemana en el exilio o la vanguardia de izquierda en la República de Weimar. Asimismo, y relacionado con el tema de El exilio de las mujeres atrevidas (La Oveja Roja, 2018), Cohen ha publicado al menos dos libros más. Uno es El proceso Benario. Las actas de la Gestapo: 1936-1942 –inédito en España–, donde revisa más de 2000 documentos oficiales sobre la activista alemana. El otro –inédito también– es la correspondencia que tuvieron Olga Benario y Luiz Carlos Prestes cuando ambos estuvieron encarcelados. Estamos, por tanto, ante la novela de un especialista en la materia.

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