2 de agosto de 2013

Moral laica, Robert Louis Stevenson

Nos dejó dicho el autor de La isla del tesoro, Robert Louis Stevenson:

La sociedad no fue ensamblada y defendida con tanta sangre y elocuencia para la comodidad de dos o tres millonarios y unos pocos cientos más de personas de fortuna y buena posición.

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Tomad algunas de las palabras de Cristo y comparadlas con nuestras doctrinas actuales. «No podéis —dice— servir a Dios y al Dinero». ¿No podemos? ¡Y todo nuestro sistema nos enseña cómo podemos!
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La ética que apoyamos es la de Benjamin Franklin. «La honestidad es la mejor conducta» tal vez sea un lema difícil.

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Lo que un hombre gasta en sí mismo,
tiene que habérselo ganado con sus servicios a la humanidad.

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Aunque no hay que despreciar ninguna, siempre es mejor política aprender a desarrollar una afición que conseguir mil libras; pues el dinero pronto se habrá gastado, o quizás no sientas alegría alguna en gastarlo; pero tu afición permanece intacta y se renueva siempre. Llegar a ser botánico, geólogo, filósofo social, anticuario o artista supone aumentar las posesiones personales en el universo en un grado incalculablemente superior, y gracias a una propiedad más segura que comprar una finca de muchos acres. Tenías 2000 libras antes de esa operación; tras ella quizás recaudes 2500. Eso representa tu ganancia, en este caso. Mas en el otro, has rasgado un velo que ocultaba sentido y belleza.


                                                                                  

Traducción de Miguel Ángel Bernat, junio 2002.
Editorial Acuarela libros, www.acuarelalibros.com