8 de enero de 2009

Editorial Salto de Página

Ya está dando vueltas por ahí el nuevo n.º de Vulture, donde un mes más este desplumador de aviones sigue explorando el mundo de los sellos literarios independientes en España. Esta vez charlé con Daniel Martínez, uno de los cuatros socios que formaron a finales de 2006 Salto de Página. Hablamos allá por noviembre en el Café Comercial, en la glorieta de Bilbao... Lo cual no deja de ser azaroso: uno de sus autores emblema se llama Jon Bilbao. En fin, las cosas de la dimensión desconocida, que diría Levrero. Por cierto, a partir de ahora también incluiré en el blog las mini reseñas que acompañan a la entrevista en su formato de papel (¿Será esta una medida retroactiva? Pues, como siempre, dependerá del tiempo, ¡carajo!).

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DANIEL MARTÍNEZ, EDITOR DE SALTO DE PÁGINA

«Somos una nueva generación de editores, lectores y libreros abiertos a experimentar»

En apenas dos años de vida, esta editorial especializada en narrativa hispanoamericana ha publicado trece títulos y ha ganado tres premios con autores noveles.

Rubén A. Arribas


—No hay ningún texto que nos envíen y que no leamos: lo leemos todo; somos un equipo mediano que todas las tardes lee.

Daniel Martínez resume así la divisa de Salto de Página, la editorial que dirige junto con tres socios y amigos: Gonzalo Cabrera, Pablo Mazo y José Esteban. Y es que estos cuatro treintañeros dedican gran parte de su tiempo a cribar manuscritos entre los que identificar talentos emergentes. Encontrar novelas y cuentos escritos en español cuya calidad contente a los críticos, pero a la vez haga disfrutar al público, son su objetivo.

Esta disciplina lectora, explica Martínez, resulta fundamental para la supervivencia de un sello pequeño como el suyo. A él y a sus compañeros, por ejemplo, les ha permitido descubrir al argentino Leonardo Oyola o al español Jon Bilbao, con quienes ganaron en 2008 el Premio Dashiell Hammett de novela negra y el Premio Ojo Crítico de Narrativa respectivamente. La precisión que aporta el verbo descubrir resulta trascendental: ellos fueron los primeros en leerlos y publicarlos.

Una década atrás, recuerda este peruanomadrileño de 33 años, los agoreros vaticinaron el final de la edición independiente y el reinado hegemónico de los grandes grupos. También que los editores ya no iban a leer y que estos serían, simplemente, ejecutivos similares a los yuppies de La hoguera de las vanidades. Desde que crearon la editorial a finales de 2006, Martínez y sus socios están «empeñados en desmontar esa ilusión derrotista». Es más: participan de la quimera de la literatura como «buscadores de oro».

De ahí que, cuando topan con un autor cuyo potencial brilla entre la arena de los manuscritos, le pidan todo su material inédito y celebren un «maratón de lectura» para analizarlo. Con Carlos Salem, por ejemplo, se zamparon seis obras suyas antes de apostar por Camino de ida. La estrategia les funcionó: ganaron el Memorial Silverio Cañada a la mejor primera novela negra publicada.

Además de por la disciplina lectora y el trabajo con el autor, estos jóvenes editores apuestan por internet como «una importante caja de resonancia» para combatir el ruido mediático que generan los grandes grupos. Por eso envían sus libros a revistas electrónicas y a blogueros especializados, y no sólo a los suplementos culturales de siempre. Esto les agiliza mucho la difusión y los ayuda a cuestionar aquellas teorías agoreras que desalentaban a cualquiera:

—Somos una nueva generación de editores, lectores y libreros abiertos a experimentar y demostrar que aquellos vaticinios, en el fondo, eran una ilusión derrotista.


*

MINI RESEÑAS DE LIBROS DE SALTO DE PÁGINA

Como una historia de terror, de Jon Bilbao. Jon Bilbao explora en sus relatos qué hay de monstruoso o poco favorecedor en el carácter humano. Para ello elige personajes comunes y los enfrenta a conflictos sencillos, cotidianos, pero capaces de revelar —a través del cómo los aborda cada cual— qué clase de personas son los involucrados. Por ejemplo: ¿por qué un exitoso ejecutivo roba lencería a sus vecinas? Este libro abre el catálogo de Salto de Página al género del cuento.

Plop, de Rafael Pinedo. Plop nace y vive —más bien sobrevive— en un mundo con ambientación posnuclear, cuyo «horizonte está apenas cortado por grandes pilas de escombro y basura» y cuyo texto sagrado es la Teoría del Big Bang. Esta novela despiadadamente deliciosa plantea un futuro posible donde todos somos intercambiables y donde el utilitarismo explica la involución de la especie humana. (¿Plop desplumado? Aquí
—soy un fan de este libro—).

Matar y guardar la ropa, de Carlos Salem. Un asesino a sueldo va en coche a pasar las vacaciones con sus hijos. A mitad de viaje, la Empresa lo llama y le ordena vigilar en un camping nudista de Murcia a un cliente cuya matrícula pertenece al coche de su ex mujer. Novela negra en la estela de Pablo Tusset, pero con toques a lo Osvaldo Soriano y situaciones a lo Tonino Benacquista.

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