29 de mayo de 2011

Acceso al comportamiento, Antonio Doñate


Los gustos por supuesto nos definen, cómo no van a hacerlo; funcionan como acrónimos de la personalidad, a veces como parapeto eufemístico. Como hablar de cómo es uno  no solo da vergüenza sino que queda mal, exhibo un gusto, que espero que actúe como símbolo. Nick Hornby les otorga una importancia extrema y no se equivoca. Esto, bajo el barniz pop, es el dandismo. El de toda la vida. Algo cuya paternidad quizá descanse en Oscar Wilde, o en Huysmans, en ese À rebours, culmen del refinamiento decadente, donde se nos presenta a un personaje que se confina en su propia casa, atestada de objetos, de cultura. Alguien para quien el arte no es un vector que conecte con la sociedad, sino con el arte mismo. Un mero sistema referencial, un diagrama de flechas endogámicas, retroalimentadas. Jean Floreissas de Esseintes es un joven noble francés que hace de su casa un búnker. Autoconvenciéndose de que ver una reproducción de un cuadro, leer un libro de viajes, oler un elixir de algún lugar no es una experiencia incompleta, menor que disfrutar de esas mismas cosas de manera presencial.

Todo ese ideario, el de la autonomía del arte, es que el nutre el actual panorama cultural. Un grano de pus que estalló a finales del siglo XIX y lleva supurando, fermentando desde entonces. Algo que cristalizó después de la Segunda Guerra Mundial en eso que conocemos como posmodernidad, que tranquilamente podríamos resumir en la figura de Warhol; un esquema que aún dicta el guión férreo de nuestros días y que había sido descrito y profetizado concienzudamente por los situacionistas. Tras Guy Debord —como tras Auschwitz—, mantenerse ingenuo equivale a mantenerse desinformado. Hay cosas que no se pueden obviar.
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Acceso al comportamiento, Antonio Doñate
Caballo de Troya, Barcelona 2011

PD 01. Y tras esta carga de los Mossos d'Escuadra a los pacíficos manifestantes del 15M en la Plaça Catalunya, también hay cosas que no se pueden obviar. Ni tras las pobres reacciones de muchos políticos y analistas respecto a las acampadas y concentraciones en muchas ciudades españolas (no solo en la Puerta del Sol). Pero, bueno, al grano: después del 15M, quizá ir de posmoderno en el arte y obviar «ciertas cosas» será como no haber entendido este chiste de Mafalda.

PD 02. Un buen balance de fortalezas y debilidades del movimiento 15M puede leerse en el blog de Xabel Vegas.

PD 03. A ser posible, el fragmento de Antonio Doñate debe leerse con música de Los Deltonos o, en su defecto, de Hendrik Röver, quien protagoniza un estupendo pasaje del libro.

PD 04. Pág. 62:
Nadie, en el fondo, acepta otra cosa que no sea lo propio, nadie es verdaderamente tolerante. La tolerancia es una figura inventada, una entelequia, un subterfugio de las estructuras dominantes. Algo de configuración vertical. Los de debajo han de tolerar, ellos [los de arriba] no. Los más educados —los más perversos— fingirán hacerlo. Y en algún caso habrá que ser muy revenido para descubrir el ardid.