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I
Las cosas no maduran en estaciones fijas, como los duraznos.
II
Una palabra, lanzada al azar en la mente, produce ondas superficiales y profundas, provoca una serie infinita de reacciones en cadena, implicando en su caída sonidos e imágenes, analogías y recuerdos, significados y sueños, en un movimiento que afecta a la experiencia y a la memoria, a la fantasía y al inconsciente, complicándolo el hecho de que la misma mente no asiste pasiva a la representación, sino que interviene continuamente para aceptar y rechazar, ligar y censurar, construir y destruir.
III
Paul Valéry dijo: «No hay palabra que se pueda comprender si se penetra a fondo». Y Wittgenstein: «Las palabras son como una película superficial sobre un agua profunda». Las historias se buscan, buceando bajo el agua.
IV
En todo error hay una posibilidad de historia.
V
[Según Vigotsky] El juego no es un simple recuerdo de impresiones vividas, sino una reelaboración creadora de estas, un proceso a través del cual el niño combina entre sí los datos de la experiencia para construir una nueva realidad, que responda a sus curiosidades y a sus necesidades.
*
Gramática de la fantasía, Gianni Rodari.
Traducción de Roberto Vicente Raschella.
Ediciones Colihue Biblioser, Buenos Aires 2000.
PD: Por cierto, a la gente de Colihue Biblioser: las mayúsculas se acentúan, y más aún en la portada de los los libros.
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