Ayer publicamos el 19 de Teína. Como siempre, el montaje nos ha costado lo suyo (las cosas de los proyectos sostenidos a pulmón, sin dinero); pero ya está en la red. El dosier de este n.º está dedicado a la erótica del poder. En el blog de la revista podréis encontrar un pantallazo sobre los contenidos. Por parte de este bloguero, además de reseñar, entre otros, El discurso vacío... de ¡Mario Levrero! (¡cómo no!), esta vez entrevisté a Yuri Herrera, de quien comenté hace un tiempo su novela Trabajos del reino en el blog. Extracto un par de preguntas y respuestas de la entrevista, por si alguien quiere saber más sobre cómo y desde donde crea este escritor mexicano.
La novela transmite la sensación de ser una máquina hecha de palabras diseñada y calculada hasta su último adjetivo. ¿Eres de los autores que tienen plena conciencia del texto?
Sí, claro, sin lugar a dudas. No digo que tenga control sobre todos los sentidos generados en la novela, pero sí creo que es una obligación del oficio hacerse responsable de cada signo que uno le ofrece al lector; si uno va a intervenir la página en blanco, debe saber para qué.
«Las parejas se entallaron», «mochar el pulgar con unas pinzas», «balconear una intriga», «a mí que me esculquen» o «los corridos reclaman bragarse y figurar la historia». ¿Eres un maniático de los verbos exactos y orales?
No sé si sea una manía. Creo que es importante llegar a un momento en el proceso de escritura en el que uno está tan compenetrado con la historia y con cómo quiere decir la historia, y con el ritmo al que uno está contando la historia, que este cuidado en la elección de las palabras responde menos a una neurosis que al placer de decir las cosas exactamente como se las quiere decir.
¿Más Yuri Herrera? Por acá, por favor.
Fantástico blog me gusta me ha aireado mi imaginación y pensamiento estancado, muchas gracias por su edición con tan buen gusto felicidades, reciba un abrazo.
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