01 | Los actores y actrices se toman la molestia de explicarle al público la analogía entre Reservoir Dogs y lo que sucede sobre el escenario. Y eso me pareció todo un detalle, dado que la mayoría de la población ve teleseries estadounidenses con hospitales privados y, sin embargo, ni siquiera se da cuenta de que ya no somos espectadores, sino actores de realities sanitarios que parecen inspirados —y acaso naturalizados— por esas teleseries. A veces, hay que ayudar al público a leer bien la obra... No vaya a ser, como diría W.H. Auden sobre la poesía, que este se quede con lecturas improbables, falsas o absurdas, en vez de con aquellas más o menos verdaderas.
02 | Por fin, alguien retoma la idea de Asesinatos S.L., la novela de Jack London. O mejor dicho: de sus prometedoras primeras 40 páginas. Eurozone da la oportunidad a los espectadores de cometer un magnicidio, es decir, te permite sentirte una pizquita cliente de Dragomiloff y que alguien liquide por ti a un político responsable de la situación que vivimos. En nuestra función le pegaron un tiro a Angela Merkel. Y sé que suena mal, pero lo celebramos por todo lo alto. Se ve que ya estamos cansados de morir siempre los mismos.
03 | Si yo fuera preferentista de Bankia, me sentiría algo reconfortado cuando amordazan en escena a Rodrigo Rato y Angela Merkel lo tortura. También cuando no paran de llamarlo ladrón. El monólogo de Rato pidiendo piedad por su vida y ofreciendo un iPhone 5 a cambio de ella tiene su punto. También tiene su aquel el ministro De Guindos en su papel de infiltrado de la banca, como Mario Draghi, en el sistema político.
04 | Esta es una obra nacida de la urgencia, de la necesidad de querer decir algo aquí y ahora, de aportar imágenes, palabras, datos, ideas, anécdotas, ¡algo!, para que el público se conciencie de cómo hemos llegado hasta aquí. No es una obra para la posteridad —ni falta que hace—; es una obra para el presente, para intervenir y pelear contra el discurso anticiudadano del BCE, el FMI y demás tropa financiera. Sí, es David contra Goliath... Pero, mejor que estarse quieto, seguir lanzando piedras contra los gigantes.
05 | Merece la pena ir a ver Eurozone aunque solo sea por una imagen: la escalera mecánica averiada que preside el centro del escenario. Como dice la obra, esa escalera puede proceder de algún aeropuerto sin pasajeros o de alguna de esas ciudades culturales sin cultura que tanto abundan en este país; por tanto, es la metáfora perfecta de España. A partir de ahora, cuando el rey, Rajoy, Rubalcaba y compañía hablen de España, yo pensaré en eso: en una escalera mecánica averiada.
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